LA TABLA ESMERALDA

Este es el libro que me he leído durante la Navidad, y no he podido resistirme a publicarlo para vosotros y animaros a que lo leáis también.

Este libro  cuenta una historia que bien pudo ser real, muy bien novelada, que habla de un cuadro que desapareció en la II Guerra Mundial junto con todas las obras de una familia importante.

Dos son las historias que transcurren paralelas a lo largo de las páginas de La tabla esmeralda. Por un lado nos situamos en la actualidad, donde Ana García-Brest, una investigadora de Historia del Arte del Museo del Prado y cuyo novio Konrad es un multimillonario alemán coleccionista de arte, recibe el encargo por parte de éste de investigar sobre un misterioso cuadro de Giorgione llamado «El Astrólogo» sobre el que solamente tienen una pista que es una carta escrita en el periodo de la Segunda Guerra Mundial y en la que se hace referencia a esta obra. Es así como Ana se traslada a París donde conocerá a Alain Arnoux, un investigador de la universidad de la Sorbona especialista en localizar obras de arte expoliadas por los nazis quien le ayudará en la investigación que está llevando a cabo.

Por otra parte tenemos la trama que nos traslada a la época pasada, partiendo del año 1942 en un París ocupado por los nazis donde el comandante de las SS, Georg von Bergheim recibe el encargo de encontrar un cuadro de Giorgione conocido como «El Astrólogo» cuya búsqueda le lleva hasta los Bauer. Es así como los miembros de esta familia judía son apresados por los nazis, siendo su hija Sarah la única que consigue huir escondiendo el cuadro que su padre le entrega antes de ponerla a salvo. Sarah se convertirá en protectora del cuadro al mismo tiempo que intentará sobrevivir como pueda, logrando pasar desapercibida ante los alemanes que están por todos los rincones de la ciudad y contando con la ayuda de su amigo Jacob, un joven también judío que trabajaba para su familia. En compañía de Sarah iremos descubriendo los terribles hechos que marcaron estos años al mismo tiempo que asistimos a la evolución en la vida de la joven.

Esta novela me ha dado mucho que pensar. Muestra el arraigo que sienten las personas hacia una propiedad intelectual que llega a ser el centro de la vida de generaciones.

Me produce indignación pensar como tantas familias fueron desprovistas de sus bienes, de sus vidas, simplemente por el hecho de procesar otra religión.

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Contarlo todo sin decir una palabra…

Después de ver el arte en estado puro solo puedo aportar lo que realmente pienso, lo que ese arte me ha contagiado….
Creo que el arte nace de una necesidad, de la tristeza, del dolor o el amor, de la frustración y de la esperanza.
Provoca diferentes estados como pueden ser la libertad de ser uno mismo, quizás es demasiado importante para poder expresarte libremente, es un deseo glorioso por compartir.
A veces captar las esencias de las personas es realmente difícil, captar la tristeza no es fácil y tampoco lo es la desesperación, capturar los verdaderos sentimientos no es tarea sencilla.
La pintura como la escritura puede ser sentimiento, a través de ella puedes contarlo todo sin decir una palabra.

George Grosz :soldado alemán que sufría de alucinaciones debido a su participación en la guerra de 1914.

Pinturas de enfermos mentales (17)

Obras de Louis Wain; un hombre que sufría de esquizofrenia y al que le encantaba dibujar gatos.

Pinturas de enfermos mentales (16)

Obra de un ruso perturbado mentalmente.

Pinturas de enfermos mentales (11)

Dibujo de una niña que sufrió abusos sexuales por parte de su padre desde los seis meses de edad.

La Huella del maltrato

Niño cuyos padres se han separado.

Los monstruos de mi casa

Dibujo hecho por un paciente esquizofrénico paranoide.

Obra de una niña de 3 años que sufre de autismo y usa la pintura como medio para expresarse.
                                   | Iris Grace / Fotos: irisgracepainting.com y flickr.com/photos/irisgracepainting | Iris Grace / Fotos: irisgracepainting.com y flickr.com/photos/irisgracepainting
“No desearía que las obras sinfónicas que salieran de mi pluma no expresaran nada, o que consistieran de una vacía ejecución de acordes, ritmos y modulaciones. Una sinfonía, ¿no debería expresar aquellas cosas para las que no hay palabras, pero que necesitan ser expresadas?”
P. I. Tchaikovski
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El agua clara y el chocolate espeso…

Este vídeo corresponde a una escena de una de mis películas favoritas: El indomable Will Hunting. Os animo a verla si es que aún no lo habéis hecho. Cuenta la historia de Will, un joven rebelde con una inteligencia asombrosa, especialmente para las matemáticas. El descubrimiento de su talento por parte de los profesores le planteará un dilema: seguir con su vida de siempre un trabajo fácil, buenos amigos, muchas cervezas y alguna bronca o aprovechar sus grandes cualidades intelectuales en alguna universidad. Sólo los consejos de un solitario y bohemio profesor le ayudarán a decidirse.

El trozo de la película que hoy comparto con vosotros es una gran reflexión sobre la vida, una charla que nos muestra lo importante que es disfrutar de los momentos que esta nos ofrece y de cada una de las sensaciones que cada experiencia nos puede transmitir…y no solo en el instante presente, sino en el recuerdo y las emociones que nos invadirán al hacerlo.

Desde pequeños nos preparan para tener una buena educación, tener conocimientos de todo tipo y ser unas personas cultas el día de mañana…mucha de esta labor pertenece a los profesores, y nuestro entorno familiar, los cuales no solo nos enseñan, sino que también nos educan. Es cierto que todo ello nos ayuda a crecer como personas y a abrir nuestras puertas a una vida laboral; si nos esforzamos podremos conseguir un gran puesto de trabajo, e incluso llegar a ser alguien importante, tener una gran casa(o más de una) y el coche de nuestros sueños…ser ricos y poder permitirnos toda clase de lujos, pero quizás llegados a ese punto nos demos cuenta de que no somos felices, de que pese a tenerlo todo, hemos trabajado tanto que no hemos sabido disfrutar de la vida, viajar…y no hablo de viajes con todo pagado, sino de ir en busca de aventura con una mochila y descubrir sitios nuevos, de disfrutar de un atardecer en la playa, de ir a un museo y apreciar cada obra de arte dejando que las sensaciones que el artista quiso transmitir te envuelvan, de enamorarnos, de reírte hasta llorar, de apreciar el olor de un libro nuevo, del interior de una catedral, de los días de lluvia, de la increíble comida de tu abuela, del mar….en definitiva estamos rodeados de sensaciones que muchas veces nos pasan desapercibidas…

Se suele decir que, sea cual sea la verdad, la gente ve lo que quiere ver. Hay personas que pueden dar un paso atrás y descubrir que les faltaba ver las cosas con más perspectiva. Otras personas se dan cuenta de que la vida les está pasando factura. Otras pueden ver lo que estaba ahí desde el principio… Y luego están ésas personas, aquellas que huyen lo más lejos posible para no tener que verse a sí mismos. Y en cuanto a mí… ahora ya lo veo todo claro.

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Pequeñas formas de sentirnos libres…

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Me gusta correr, pienso que es una acción que te arregla cuerpo y mente; no es algo que me haya apasionado desde siempre, pero sí que he mostrado mucho interés por los deportes a lo largo de mi vida, digamos que he sido una niña bastante inquieta.

De pequeña practicaba natación, gimnasia rítmica y baile flamenco, un poco más tarde me interesé por el voleibol, deporte que practiqué durante mis 4 últimos años de colegio.

Al empezar la universidad, mi tiempo para ejercicio se vio cada vez más reducido y poco a poco me fui acostumbrando a salir a correr, algo que ya forma parte de mi rutina semanal. Me encanta correr por la playa, hace que se me olviden los problemas, me quita el stress y me ayuda a pensar en positivo.

Todo esto os lo cuento por algo que me ocurrió ayer en una de estas carreras por la playa de la Malvarrosa. A medida que iba corriendo me fijé en la cantidad de “pequeñas obras de arte que había a mi paso”, verdaderas explosiones de creatividad de personas que habían decidido consciente o inconscientemente dejar plasmada su huella, dejando un bonito recuerdo y provocándome alguna que otra sonrisa con algunas de ellas: castillos de arena, formas con algas y conchas de la playa, dibujos en la orilla, y para los más habilidosos, grandes construcciones… Seguramente podría haberlas encontrado cualquier otro día, pero esta vez mi sentido de la observación estaría más agudizado:

Todo esto me hizo ver que dentro de nosotros siempre se encuentra un artista. Muchas veces tenemos miedo a sacarlo por miedo a las críticas, es por ello que cuando nos sentimos libres no tenemos reparo en desarrollar nuestra imaginación y creatividad de cualquiera de las maneras.

Pensándolo bien, el proceso artístico es muy similar al camino del emprendedor. Tanto los artistas como los emprendedores crean algo a partir de la nada, se enfrentan al rechazo y tienen que refinar su estrategia para triunfar.

Los arquitectos forman parte de estos dos grandes grupos, emprendedores y artistas que ponen su corazón y mente al descubierto para que otros los vean y juzguen. No todos los seres humanos tienen la tenacidad ni las agallas para intentarlo. Cuando sientas la cosquilla de la auto duda e inseguridad, recuerda que eres uno de los pocos valientes. Y que con cada intento, estarás más cerca de tu éxito.

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