Hace poco que descubrí este fotógrafo español. Quizás no lo hubiera descubierto nunca si no hubiera empezado a interesarme por el arte. Quizás en otra época hubiera visto alguna de sus obras y le habría dedicado un «mola» tan obsoleto que un día sin viento se lo llevaría volando. El caso es que una vez entiendes que el arte, normalmente, no es cuestión de gustos sino de saber interpretar el significado de lo que el artista nos quiere transmitir, no te quedan mas narices que esforzarte un poco y realizar un ejercicio, a veces complejo, aunque con forme vas curtiéndote no tanto, que te hace desarollar la mente y ver las cosas de una perspectiva diferente.
Hay diferentes tipos de hacer criticas. El mas habitual es el medio escrito. Una persona empieza a esculpir sus ideologías con tinta con la intención de convencer a la sociedad, normalmente, pensando en que su critica es como una opinión absoluta. También esta el medio oral, quien no ha escuchado un debate de radio en el que muy a menudo no se respeta el turno de palabra y que para ser escuchado parece que tengas que alzar la voz un par de decibelios por encima de lo moralmente permitido. Por último hablare del medio únicamente visual; éste es con el que Chema Madoz, el fotógrafo que he empezado a seguir; abre su cuerpo y expulsa una orgía de sentimientos y reivindicaciones que pueden ser interpretadas de mil formas por aquellos que nos apetece pararse a escucharle, aunque no utilicemos el oído para ello, y que solo él sabe el verdadero significado de su aparición.
Chema Madoz, ganador del Premio Nacional de Fotografia, ha realizado numerosas exposiciones individuales tanto en España como en el extranjero, y destacan sus trabajos surrealistas en blanco y negro. Su obra recoge imágenes extraídas de hábiles juegos de imaginación, en los que perspectivas y texturas tejen sus imágenes.
A menudo lo real y lo virtual se presentan bajo la forma de una oposición conflictiva. Llevados de otras oposiciones lejanamente emparentadas (apariencia/realidad, potencia/acto, etc.), lo real y lo virtual parecen manifestar una tensión irresoluble, una oposición frontal e irremontable. Sospecho que ese juego complementario entre realidad y virtualidad puede constituir un buen punto de partida para aproximarse a la poética de Chema Madoz. Esa capacidad de desvelar el verdadero rostro de las cosas dota a la actividad del artista de una dimensión cognitiva y, con ello, hace buena la vinculación que las estéticas del siglo XX han querido ver entre arte y verdad.
A continuación os dejare unas cuantas obras del artista con el fin que que intentéis descubrir el interior de Chema Madoz.
el arte no existe, son los padres 
Chema Madoz es muy grande. Me alegro de que le hayas dedicado una entrada y una reflexión.
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